Kronberg Leo en Techdirt una sentencia de un tribunal de Estados Unidos en respuesta a un recurso a causa de las posibles consecuencias que produce el cierre de una web ante los avisos que realizan los abogados de las empresas. En el día de hoy resulta casi normal ver como determinadas webs se ven acosadas por abogados que, en defensa de sus clientes, envían peticiones para que dichas páginas se cierren y no provoquen mayores perjuicios a sus defendidos. Hasta aquí todo resulta sencillo de entender. No obstante, lo interesante de dicha sentencia lo encontramos en la sentencia recurrida. En ella se interpretó que el retirar la página web se podía equiparar con una decisión de renunciar a su derecho a quejarse de nuevo en el futuro. Sí, habéis leído bien, una decisión como puede ser cerrar una web para intentar evitar posibles problemas durante el transcurso del procedimiento se interpretó más bien como si el webmaster abandonara sus ideas revolucionarias y se fuera con la cola entre las piernas, abandonando toda intención de queja.
Homer Glen En Estados Unidos se interpretó finalmente como una obstaculización a la libertad de libre expresión esta interpretación (si yo decido cerrar una web es decisión mía, y no es un obstáculo para ejercer posteriormente las acciones oportunas). Por suerte, de momento la primera interpretación no se ha utilizado en España, además que difícilmente puede encontrar lugar dentro de nuestro ordenamiento. El cierre cautelar es un mecanismo utilizado habitualmente, como está sucediendo actualmente con el tema de páginas con enlaces a contenidos P2P, y continúan dentro del procedimiento, continúan ejerciendo sus opiniones y defensas, y un cierre que realizan únicamente para evitar males mayores no debe interrumpir estos hechos.
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