Estos días que he pasado en Zaragoza con motivo de las Jornadas Infodiez estuve comentando con Javier Prenafeta el tema de los sistemas descentralizados y las dependencias que acaban teniendo de servidores dependiendo del tipo de protocolo al que nos referimos, entrando particularmente a cómo ha afectado al tráfico torrent el bloqueo de piratebay por el proceso judicial en que se encuentra inmerso.
Puede que a alguno de los lectores les pueda chocar esta expresión de centralización de determinadas funciones en servidores a la hora de hablar de redes P2P, las redes descentralizadas por excelencia ( factor que es precisamente el que otorga un gran atractivo y eficiencia a estos protocolos). Si bien es cierto que a diferencia de las descargas clásicas a través de protocolos HTTP o FTP los contenidos no se encuentran tan localizados y, por tanto, el control sobre los mismos resulta complicado, dependiendo de la red que entremos a analizar. Pero cuál es el verdadero alcance de la necesidad de un servidor en estas redes bittorrent?
Todos recordamos como Napster inicio la carrera de las redes descentralizadas en mayor o menor medida. El sistema creado por Shawn Fanning presentaba grandes ventajas frente a los sistemas utilizados hasta el momento, permitiendo realizar búsquedas de archivos musicales de forma mucho más sencilla que debiendo acudir a sistemas como descargas directas de páginas web, servidores ftp o los fserve utilizados a través de canales de IRC. El problema en su caso aparece cuando analizamos la forma en la que funcionaba, con un servidor en el cual se mantenía información ya no solo de los usuarios conectados, sino sobre todo el contenido que se compartía a través de él.
Dejando atrás el caso de Napster, si habéis utilizado bittorrent a lo mejor no habéis visto ninguna conexión a servidor ( ni tan siquiera con el alcance de otras redes como puede ser eMule ), con lo cual entendéis que este protocolo está completamente blindado frente a controles externos, pero la realidad no es exactamente así. Para poder comrpender mejor el funcionamiento de bittorrent, lo mejor es acudir a las especificaciones del protocolo que podemos encontrar en la web. Entre dichas especificaciones, podemos observar como se diferencia el funcionamiento del servidor (al que denomina tracker) y de los clientes que lo utilizan.
No obstante, en nuestro caso debemos tener en cuenta además la existencia de un tercer factor: el archivo torrent. Este pequeño archivo al que damos el nombre de torrent es el que indica el hash del archivo y el tracker en el que se encuentra, de forma similar a como un enlace ed2k nos facilita el hash o incluso la ip del cliente particular que comparte el archivo. Ahora bien, la diferencia y problema en el caso de los torrent aparece cuando analizamos las capacidades de indexar del propio protocolo torrent y la necesidad de hospedaje de estos archivos.
A diferencia de las posibilidades existentes en otros tipos de redes, los archivos torrent no permiten una indexación per se, con lo cual se depende en primer lugar de la existencia de páginas que pongan a disposición del público en general estos archivos y en segundo lugar, de la existencia de estos trackers. La realidad es que los buscadores de torrents se limitan a realizar la búsqueda dentro del primer grupo, sabiendo de antemano qué páginas comparten un mayor número de archivos torrent, y luego informa al usuario ( este es el caso de, por ejemplo, mininova). En definitiva, lo que hacen es realizar todas las búsquedas que un usuario debería realizar acudiendo a varias páginas web desde un único punto, aumentando la velocidad y facilidad, pero manteniendo el mismo problema en origen.
Respecto al segundo caso, en principio no habría mayor problema, la necesidad de unos servidores bajo el nombre que le queramos dar no representa un peligro por si solo siempre y cuando existan otros para realizar el trabajo en el caso de que uno de ellos falle. Ahora bien, si acudimos a las estadísticas de uso de los 20 trackers más conocidos podemos observar cómo The Pirate Bay acapara manifiestamente la mayor parte del tráfico de este tipo de conexiones. Así, y en el caso de controlar un único tracker, se podría realizar un duro golpe contra esta red. De esta forma, la realidad es que bittorrent, por mucho que sea una red P2P, no es tan inmune a los ataques e intentos de control por parte de los poderes públicos como pueda parecer. al menos desde el punto de vista estrictamente tecnológico. Otro tema sería analizar realmente la legalidad a la hora de facilitar este tipo de conexiones y las necesidades de control de los contenidos que se comparten a través del servicio de tracker que se ofrece.
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