Kalghatgi Anteriormente ya hablé de lo absurdo que me parecía la imposición de un derecho de autor al Atomium o a la iluminación nocturna de la Torre Eiffel. Cada día uno puede encontrar nuevos casos que pueden sorprender aún mas que el anterior. En esta ocasión esta sorpresa provino de una película que fuí a ver al cine, en la que pude observar como en los créditos se hacía mención al copyright de la pirámide de cristal del Louvre. Esta estructura que fue diseñada por I.M. Pei es una de las más reconocidas, y más ahora después del papel que realizaba en el bestseller «El Código Da Vinci». Un simple vistazo a su imagen nos hace que acuda a nuestra mente dicha novela, y que la identifiquemos fácilmente como la entrada al conocido museo.
go Pues al contrario de lo que algunos puedan pensar, este edificio esta sujeto a ese copyright, a esa pequeña ©, a ese derecho de autor que vicia a algunas obras incluso cuando su creador o titular ya ha percibido una remuneración por ella una vez finalizada la obra, satisfaciendo el deseo de continuar cobrando incluso cuando su personalidad ya se ha extinguido a causa de su muerte, consiguiendo lo que a algunas familias les cuesta mucho más esfuerzo, que sus hijos puedan mantenerse dignamente. No entiendo como puede ser que un edificio colocado a la entrada de un museo de arte, que se ha pagado con dinero de todos, pueda decirse que aún pertenece mediante algún mecanismo resbuscado a alguien. El único dueño de estas obras debería ser el pueblo, que debería poder disfrutarlas o inmortalizarlas sin ningún tipo de límite fuera de los establecidos por las leyes principalmente para el mantenimiento de estas obras. Pero al contrario de lo que sucede con los jerogríficos egipcios dudo que esta estructura de cristal, cables y acero pueda verse afectada por estas camaras fotográficas, por lo cual cualquier tipo de prohibición no deja de ser meramente oportunista.
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